martes, 23 de noviembre de 2010

COMO TRABAJAR....

"Haz las cosas pequeñas con gran amor" 

MADRE TERESA DE CALCUTA

EL FRUTO DEL SILENCIO....

El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fé. El fruto de la fé es el amor. El fruto del amor es el servicio.

MADRE TERESA DE CALCUTA

martes, 9 de noviembre de 2010

EL DECÁLOGO DEL ÉXITO Y LA FELICIDAD...

  1. Elige bien tus sueños.
  2. Define tu propio concepto de éxito y felicidad.
  3. No descuides lo que tienes, ni lo que has logrado.
  4. Ve en pos de aquello que te gusta, que te hace bien, que te convierte en una mejor persona.
  5. No te dejes engañar por el brillo del dinero y las posesiones materiales. Nunca se ha visto a un ataúd seguido por un camión de mudanzas y una camioneta de valores, con rumbo todos al cementario.
  6. Busca, en lo que más te gusta, tu proyecto de autorrealización.
  7. Crea tu paraíso terrenal, pero vive en tu paraíso espiritual.
  8. Cree firmemente en que eres un ser humano completo, creativo, capaz.
  9. No permitas que dudas ni temores mermen tu decisión de ser feliz.
  10. Valora lo que tienes, y también esos pequeños momentos que constituyen tu felicidad cotidiana,  porque ésa es la verdadera felicidad.


"A menudo, la gente intenta
vivir sus vidas hacia atrás;
tratan de tener más cosas, o más dinero,
para poder hacer más de lo que quieren,
para ser más felices.
En realidad, el asunto es todo lo contrario.
Primero debes ser quien realmente eres,
después, debes hacer lo que necesites hacer,
y entonces, obtendrás aquello que deseas".

Margaret Young

lunes, 8 de noviembre de 2010

LAS ACTITUDES Y LOS VALORES EN LA VIDA DIARIA....

Los valores y la riqueza del ser humano no los estudiamos en el deber-ser, sino en el cómo ser. La mayoría de nosotros, aunque con mucho caos y confusión, coincidimos en que, si por ejemplo, somos familia, queremos armonia conyugal; hijos positivos, alegres, contentos, responsables, confiables, triunfadores, veraces. Por el contrario, no queremos hijos flojos, sin sentido, perezosos, promiscuos, drogadictos, borrachos; en el fin, coincidimos en el debe ser, pero muchas veces, nos falta el cómo.

Ese cómo empieza con un diagnóstico personal de valores, porque todos queremos lograr cosas valiosas, pero, a veces, no sabemos cómo.

Este diagnóstico sirve para niños, jóvenes, adultos, ancianos; para respondernos qué valores tengo y cómo lo estoy fomentando y cómo los tengo que atender para crecer en cada uno de ellos.

Es importante resaltar que nosotros tenemos que comprometernos con el cómo, que siempre es apasionante, nunca excluye otros cómos, nos da la luz que necesitamos y un estilo personal de vivir.

Todos queremos los valores, y las ganas de cambiar, pero esta necesidad, esta conciencia está por así decirlo, como en un armario, en el cual no hay cajones, entrepaños, ganchos, tubos, pero sabemos que éste tiene mucha ropa, hay muchas cosas que acomodar dentro y así el cómo es dar el primer paso que es diagnosticar, reconocer en qué parte de mi vida se está pidiendo una mejora, un cambio específico para poder orientar toda mi energía y mi voluntad de cambio hacia ese algo específico, hacia esos dos o más puntos máximos que hemos descuidado, y que la vida nos está pidiendo dar un brinco, el comprometerme con un proceso de cambio.

Conviene aclarar que cuando uno se compromete a un cambio, una tentación recurrente es incentivar a la esposa o influir positivamente en los hijos para pedir un cambio, pero al tratar de motivar reciben un rechazo total, porque la otra persona o sea, su interlocutor se siente ofendido, invadido e incluso puede decir: ¿Qué estas diciendo? ¿Que yo no tengo valores intelectuales, estéticos, espirituales? ¿Qué soy un mediocre?. Este tipo de reacción es típica de una persona que tuvo en sus padres a personas que lo enseñaron a ser perfeccionistas y que no reconoce sus defectos.


EDUARDO GARZA CUELLAR